miércoles, 10 de septiembre de 2008

Mar y otros poemas

Mario Jaime, poeta mejicano(1)

Mar
El mismo mar es el poema
no lo empañemos con palabras


Duda metafísica del tiburón blanco
¿Quién soy en este mundo de belleza y danza?
¿Por qué no puedo detener mi rumbo?
¿Qué potencia inmensa delegó mi forma y mi dominio?
Atento y precavido a cada ebullición y sombra
Escucho el ritmo del espasmo muscular
Siento ráfagas armónicas que provienen de mi calma
Veo las ondas de otras vidas al azar
Sé de la potencia orgánica exultante de alegría
Y a veces lo infinito me parece inexpresable
Busco entender si soy un sueño inteligible
Poder supremo entre los dioses
O el Mar es el producto de mis lágrimas

CANCIÓN DEL ZOOPLANCTON
Una larva de pez transparentada
Gelatinas pegajosas al color
Blancas patas, curvas afiladas
Triangulitos con antenas sin sabor
Bolsas de agua, submarinos con ojotes
Hilos suaves se devoran sin control
Farolitos, gusanotes y huevitos
Lentejuelas con uñitas de bombón.
Confeti azul y diminuto
Dentadas lunas, una esfera detrás del sol
Guiños demoníacos, arcos y trapecios.
Embotellamiento vial de flotación

Canción de las nereidas en la tempestad
Ánimo, marinos
No temáis al fondo
El fondo del océano es frío
Pero nosotras los abrazaremos
Hay arena fina
Y magma que enciende corazones
La tempestad en buena
Es el beso de la Diosa del mar
Vengan a los fondos
Y vivirán para siempre

Océano
Océano. Golpe abrumador de colores e incendios. Tú, limítrofe entre la soledad y el peligro. ¿Quién te saluda en los leves rumores? Desde tus iras que lamen tus cielos hasta la calma de helados infiernos. Un grano es el rango de lentos farfullos, minúsculas gotas carmines, cenizas blancuzcas, neonatos en tiempo y cadencia. De ti salió el mundo y eso murmullan balanos, volcanes maduros, gregarios que petrificó la gorgona en la roca que besas. Tu sed nunca acaba, enorme y distante. Eterno egoísta que sabes como inspirar la locura. El amor debió brotar cuando el sol bañó en tu fineza la risa. Infatigable subes y lloras. Jala el tirón la riente espuma. En cada rincón un “plop” un “scuat” y el límpido labro que gira bajando. Introdúcete en los recovecos del hado. Nadie equipara el poder como tú. ¿Qué otro universo originó y mantiene a tantos? Y conservas, titán, el horizonte plano donde gime el silbido y florecen las trombas.

Oda al elefante marino
Se retuercen en las tardes de inopia gorda
y braman produciendo maremotos
ruedan por las rocas en el sueño lánguido
días sin moverse, costales modorros con bigote
¿Qué sueñas bajo las moscas de sol que te acompañan
y la sinfonía rompiente que te arrulla?
¿Qué amores de mole y diente te apasionan?
Harem de grasa tierna y macho garañón de trompa y beso
Pesadillas con dentina blanca y aletas triangulares
Mambos mudos y jalea geológica en tu güeva
Flojera mineral sublime
Ojos derrite fierros
Con tu rostro mojigato que provoca abrazos
Nos enseñas la paciencia y la agresión celosa
Que la vida es amar a muchas y engordar contento.



(1)Egresado de la escuela de escritores de la SOGEM. Estudió dramaturgia en el INBA.Autor de las obras: La Diosa de los juguetes, El Tardígrado, El ángel de las tinieblas, Rukinasilmë, el trance del cisne azul,La nereida enamorada, Lilith, estrenadas en diversas ciudades de México y La Paz. 

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